Autoconocerse; indagar en la realidad, crear reflexiones del ser, de su comportamiento, de nuestro recorrido en el tiempo, y lo que por la mente pasa, lo que pesa, lo que atormenta. Sin miedo a encontrar espejos para reconocerse desde lo más íntimo, en un estado desconcertado por cuestionamientos a costa de nuestro límite.
María García presenta su visión rebelde y surreal, anteponiéndose a un mundo que normaliza lo inusual donde, somos espectadores a la vez que violentadores, parte del autocastigo y la aparente necesidad de cumplir con normativas sociales que irrumpen en el desarrollo personal, limitando el horizonte con discursos cuestionables sobre la belleza y el género.
El temor de ver, de repensar nuestro actuar ¿Hasta dónde queremos vernos?, descifrarnos, sentirnos expuestos ante el desconcertante panorama, un presente árido, tormentoso, paisajes presumibles de inhabitables por incontrolables; donde interactúan voces y rostros internos, un cuestionamiento al yo, al taciturno yo.